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Voy a tragarme todas mis palabras para vomitarlas luego, un reflejo no se puede reclamar. No se pueden enderezar los jorobados.  Y yo recuerdo al camello, está más aquí que tú y yo juntos,  tal vez un día de estos lo envuelva en plástico de burbujas y lo envíe a la China con un falso remitente. Tal vez no pase de la aduana. Tal vez regrese solo como Chucky. Sigue ardiendo, estúpida acidez de cada letra. Necesito bicarbonato de sodio.

Dicen que el cambio es bueno. Es necesario usar ropa diferente para cada día diferente, de cada parte de la semana. Importantísimo que diario haya algo nuevo que contar, aunque no haya nada realmente por decir.  Es muy provechoso que las plataformas digitales renueven su imagen frecuentemente Otra vez bola de pendejadas Una de cal por las que van de arena Y matar el tiempo  Poniéndole límites. Si errar es movimiento, El mundo es un error Y nadie se calla No dejan de patalear Mientras yo muere de miedo (Si nadie le abrasa) Con el más mínimo  crujir de las cosas  mientras se desvanecen.

Toda la gente a la que miro me da asco. Uno porque come pan dulce y se me revuelve el estómago, Otro porque usa pantalones color caqui Otra porque está fea y embarazada Otra más porque me dice No te la vas a acabar Y todo por servir se acaba Mentirosa Detestable. No quiero alimentar mi existencia, Me rompo y formo parte de todo Como siempre, Ante el absolutismo de tu furiosa ausencia. Un todo muy lamentable, soez Estoy aquí El mundo allá, afuera de la burbuja Es tan solo un decir como de quinta vecindad.

Se acerca una anciana peinada con dos coletas y fleco. Tiene mis mismos ojos. Trae ropas coloridas y estoy segura de que va a pedirme dinero. Decido que sí, que se lo voy a dar. -Hola amiga, qué haces? -Nada, escribiendo -Despidiendo? -Un olor fétido y nauseabundo, pensé. Ella pensó a su vez que sería buena idea tomarse el jugo de naranja que dejó el hombre del pan dulce, porque tiene Vitamina C. Yo me ofusqué y fui al baño. Ella me robó el encendedor y se fue.