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Mostrando postagens de setembro, 2014

Cúcu, dijo Mei.

El día está flojo. Se va a caer como el candelabro del fantasma de la ópera. Los hijos de la vecina ya le ayudan a poner el puesto de huaraches. En entendimiento con su clientela, ahora abren más tarde. Hay una puerta a la mitad de la calle en la que todo mundo toca a todas horas. Tocan ahora mismo la lámina con una llave. ¿Piedras, por favor? O resulta que es un poeta sabio al que todos acuden en busca de consejo y yo difamando. Es que es divertido pensar ese tipo de cosas. Después construyeron una choza de madera en el bosque de manera ilegal, y vivieron felices por siempre. No tuvieron muchos hijos porque su esposo siempre accedió a usar condón. Además la esposa acudía a su centro de salud más cercano cada mes. Y vivieron felices por siempre. Ah no, eso ya. Un día, cuando tenga dinero, voy a llegar a un acuerdo con la doña para que me prepare huaraches y los ponga en una canasta que subiré a mi cuarto mediante una cuerda todos los días. Ya después sus hijos pondrán cerve

El barrio.

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- Buena noche. - Buena. Hoy se ve muy fino. - Es que es noche de nalga express. - Ya veo. - Sí. Llego a mi casa, está mi esposa, y, ¿encima de que casi no la veo me hace jetas?, ¡no!, a chingar a su madre. - Ya veo. ¿Tienes un cigarro? - No.  - Buenas. - Buenas. - Buenas. - Sí, mi esposa y yo llegamos a un acuerdo. Me dice, "es que a mí me da asco cuando llegas y hueles a pura marihuana". Entonces ya cuando llego de fumar simplemente ni le hablo. - Ya veo. - Oye güey, no la cagues, que ella es femenina (feminista) y te va a callar el hocico. - Pero no por eso no voy a poder expresar mi opinión - A huevo - ¿Verdad? - Pues claro. Ya sé que eres machista. - No es cierto. - Bueno no, pero le pegas a tu vieja (Risas) - Es que tú tienes que hacer que te obedezca desde el principio, sino por eso empiezan los problemas. - Ya veo. - ¿Y ese güey qué?, me cae en la verga. Va a llegar todo bien pedo y va a preguntar (con voz de pendejo): "

Turisteando

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- ¿Por qué no me devuelves nunca mis libros de Fernando?-, dice el mensaje. - No es con afán, en realidad, solo es que hoy vi a un tipo que vendía esa misma edición y me acordé que tenía que hacerla de pedo. - Ser consciente é talvez um esquecimento. Talvez pensar um sonho seja, ou um sono. Talvez dormir seja, um momento, Voltar o spirto nosso a ser seu dono. Quem me diz que o rochedo bruto e quedo, Não é o verdadeiro consciente O êxtase perene de uma mente Que deixa o corpo hirto ser rochedo? Só a morte o diz... mas quem me diz que o diz?-, dice Pessoa. Estoy en una callecita de algún barrio esperando. Es alrededor de la una de la tarde. - ¿Cómo café a estas horas?-, reprueba el Negro. Veo hacia la boca de la calle. Hay dos tipos ahí. Uno gordo y alto, el otro moreno y encorvado. Hablan y señalan para acá. Un trago al café. El alto se va. El encorvado camina hacia acá medio rápido. Creo que está enojado. Se escucha el viento. Veo de reojo hacia la derecha, que es donde está. Otro trag

Euphorbia Milii

Creo que entré a la clase equivocada. Tardé media hora en darme cuenta porque no se veía ni madres en el pizarrón y porque la maestra usaba más muletillas que palabras significantes. Estaba triste, además. Los ocho kilos de maquillaje no podían esconderlo. Yo también estaría triste si fuera ella. Pero quién me creo para juzgar a una persona por una cuarta parte de la segunda clase del trimestre. El libro que recomendaba era algo así como "Economía y vida rural en Europa Occidental". Supuse que podría tener algo que ver con análisis del discurso. Qué vanguardista. Salí sin cerrar la puerta del salón, más por la pena de volver atrás que por valeverguismo. Siempre huir de los dineros y las malas costumbres. Parece que mi ahínco por escribir en una publicación medio decente para medio ser un miembro honorable de la sociedad dura dos horas por día máximo. Quito cada uno de los dientes de león de mi maceta de los cactus y suculentas. Mucha ramería y pocas flores. Espinas

Opuntia

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Estoy acá porque no puedo estar allá. Mi dedo gordo del pie da asco. La bandera de México ondea en lo alto de la casa del vecino, que justo da a mi ventana. Sábado de comida familiar. Una familia que no es la mía, por supuesto. Pues ya me bañé. Quisiera quedarme en casa y podrirme en mi miseria. Al menos tengo plantas y casi todo está en orden. Odio que pasen coches oyendo cumbias a todo volumen que me recuerden la ridiculez de mis amores. Amor de mis amores.  Hay personas que nacen con nariz de payaso. Mis libros están ordenados por editorial y por número. En la radio un tío dice mu-mu-mu-fallezcamos. Pienso en mi hermano el más drogadicto. Llegando hiperactivamente a casa de mi papá. A la comida familiar. Saca un vaso mientras habla pendejadas y actúa muy cul. Escucha a los demás, se interesa por los demás, pero no por eso va a dejar de pensar en los hielos. Todo cambia radicalmente cuando terminas de servirte la primer cuba y le das un trago. Pero no, ese era cualquier otro integran