El líder de la mamada
En todas las familias se cuecen habas, dice mientras recordamos como le mentaba la madre a su mamá y ahora se refiere a ella como mamita preciosa tras haber recibido 45 mil pesos de un departamento que recién vendió la doña y que creía le pertenecían por derecho nato. Como hoy es te quiero mucho, mañana es chinga tu madre, asegura es la ley inamovible.
Es un mamífero de barrio que se ha subido a inhalar a un Mercedes de su propiedad. Eso sí, con dinero de Roberto. El sueño americano.
Su señora le recriminaba sus raterías mientras gastaba el dinero. Bien que lo disfrutaba la cabrona, recuerda, y cuando está emocionado habla de lo malo que fue acostarse con otras en la cama donde dormía con su esposa, porque tarde o temprano te dan ganas de tener una mujer que no es la tuya en tus brazos.
Muy malo.
Tan malo como pensar en el culo de un cachorro siendo lamido por su progenitora.
El mediador procede a leer a César Millán, a eructar las habas y a callarse el hocico. La perra sigue ladrando. Maldita sea. Que al menos alguien saque la lata de activo.
