Vagabundeando en el DF
In a field Behaving , as the wind behaves No nearer No ha habido forma de quitarme los restos viscosos del todo. Nací por segunda vez en la estación del metro Balderas. Nadie recuerda la fecha exacta, no porque no puedan hacer memoria sino porque no quieren. Fue en la semana de no hay malos tan malos ni buenos tan buenos. Una señora me prestó unos kleenex para quitarme de la cara parte de la placenta. Un hindú o algo parecido me invitó a su casa y me dio agua de frutas para beber. Yo no estaba del todo consciente, de hecho lo encontré porque estaba perdida, pero creo que sí hablaba en español. Al menos a ratos. Como sea mi celular dio para que Néstor me encontrara y me regresara mi cargador. Se lo presté a alguien para que siguiera poniendo música después del amanecer. Fue uno de esos amaneceres rociados con Bonafina, pero que a nadie le importan, más que a algunos drogadictos recalcitrantes, como los poetas o los enamorados o los hedonistas o los idealistas, o...