Vagabundeando en el DF

In a field
Behaving, as the wind behaves
No nearer

No ha habido forma de quitarme los restos viscosos del todo. Nací por segunda vez en la estación del metro Balderas.
Nadie recuerda la fecha exacta, no porque no puedan hacer memoria sino porque no quieren. Fue en la semana de no hay malos tan malos ni buenos tan buenos.
Una señora me prestó unos kleenex para quitarme de la cara parte de la placenta. Un hindú o algo parecido me invitó a su casa y me dio agua de frutas para beber. Yo no estaba del todo consciente, de hecho lo encontré porque estaba perdida, pero creo que sí hablaba en español. Al menos a ratos.
Como sea mi celular dio para que Néstor me encontrara y me regresara mi cargador. Se lo presté a alguien para que siguiera poniendo música después del amanecer.
Fue uno de esos amaneceres rociados con Bonafina, pero que a nadie le importan, más que a algunos drogadictos recalcitrantes, como los poetas o los enamorados o los hedonistas o los idealistas, o los drogadictos recalcitrantes.
Abracé a un gato. Me perdí en un vagón del metro.
Robé comida de un Oxxo sin perder la elegancia. Una Maruchan. Bravo. Me avergüenzo de haber robado otra vez. Me avergüenzo de escribir otra vez. Otra puta vez.
Encontré un dos de bastos en la calle y pensé en el guasón. Luego pusieron la macarena y expresé mi sorpresa efusivamente. Un tipo pensó que consumía coca cuando comí pasta de dientes para evitar que se me caigan. Los dientes. Aún escurre babosidad de mis manos. Mis zapatos se desintegran. Me picó una abeja por primera vez.
Sonaba The unforgiven 3 mientras transportaba mis cactus en la camioneta de Rodrigo. How can I be lost, if Ive got nowhere to go.
Un día cualquiera se vuelve loco. Cualquiera.
No tengo casa. Pero hace mucho más que no tengo hogar. No es un drama.
Me cayó una maceta en el pie derecho y se me clavaron 4 espinas. Sacarlas fue lo peor, pero al final no pasó nada. Como cuando me picó la abeja en el cuello, en la misma calle donde hace unos meses me atacaron con un cuchillo y contraataqué con un café. Magic.
No puedo dormir bien desde hace... años. Siempre hay ruido y pendejada y media en la que pensar, viviendo al día y a expensas de los otros. Elijo nunca preocuparme demasiado.
Solo una cosa no cambió y Phillip Morris tiene el 70% de las acciones de mi vida. Aplausos.

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