No trabajar cansa.



Mi vida era normal hasta que me corrieron de la firma. Llevo 6 meses desempleado. Al principio, tomé la experiencia como una oportunidad de superarme como persona, ganar más dinero, conocer gente nueva. Cien entrevistas de trabajo después, me dieron ganas de tirar a la basura el saco, la corbata y mi cara de pendejo.

 Voy a ser emprendedor, le dije a Carolina. Te presto mi cuenta de Mercado Libre, me respondió. Es que ella sabía que debo dinero en la mía. Fue un gesto lindo. Igual no vendí ni madres. Hace dos meses, Carolina se cansó de mí y me dejó. En cierto modo fue bueno. Los cigarros me duran más y no tengo por qué esconder mis ganas de beber a cualquier hora del día.

Nunca habría imaginado que terminaría siendo como la mayoría de personas en el mundo que se las está llevando el carajo. Millones y millones de caballos de Turín y de padres y de hijas comiendo papas hervidas con las manos.
Siempre me han gustado mucho las papas.
Supongo que una cosa lleva a la otra.

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