Historietas de monstruos.

I.

La habita a oscuras, la habita a oscuras
la vita a oscuras.
En su vida
iba de bajada;
era un extraño muchacho ese wey.

II.

Se compran colchones,
tambores, refrigeradores,
estufas, lavadoras,
microondas,
o algo de fierro viejo que vendá.

III.

Cierto día, llegó Jacqueline y se sentó en el sillón paralelo.
El televisor estaba prendido, por azares del destino, en algún reality de tetonas sabrosas. 

Contestaba comentarios en las múltiples redes sociales. El viento soplaba y todo eso.
Una de las tetonas le da al blanco con el segundo de sus dardos. Se emociona. El tipo acostado en la cama de a lado sonríe. Jacqueline se emociona. Sonríe.



IV.

Hunde su cabeza en la almohada con las dos manos. Sus ojos se desorbitan. No entra mucha luz por las cortinas. La sombra lo llena todo de polvo, y una cucaracha pasa a su lado.

V.

Susanita tenía un ratón.
Nosotros lo veíamos a través de la ventana,
surcando entre unas tablas y el sillón.

Cuando apoyaba dos patas sobre el cristal
y la luna sonreía con dientes amarillos
se podía ver su sombra
como de lobo estepario

Le tenemos que avisar a Susanita. Lo del ratón.



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